Comentario
Los inicios de la escultura monumental se presentan en el tratamiento de los capiteles. Sus formas responden a la más genuina tradición normanda enraizada en las primeras manifestaciones continentales de la época de Guillermo de Volpiano. A lo largo del siglo XII, los escultores ingleses se mostrarán capaces de producir una decoración arquitectónica de una inventiva más rica y variada que en el territorio normando continental.
Las groseras formas de los capiteles del oratorio del castillo de Durham, erigido por el obispo Waucher (1071-1080) o poco después, son las primeras muestras de la plástica románica insular. El espacio se divide en tres naves con dos filas de tres columnas, cubriéndose los tramos con bóvedas de aristas. Las cestas de los capiteles enmarcadas por volutas en los ángulos se esculpen con temas geométricos, zoomórficos y vegetales; todo ello realizado con un estilo esquemático y zafio, muy afín en sus formas al arte rústico de algunas iglesias normandas del continente. Se trata, sin duda, de los últimos ecos del arte escultórico que se empezó a experimentar en algunos edificios del primer románico borgoñón, llevado a Normandía por los monjes reformadores.
En la cripta de Canterbury, durante el primer cuarto del siglo XII, el estilo románico alcanza sus formas más maduras en la concepción del capitel. Los motivos esculpidos surgen acusadamente sobre el fondo de la cesta, con un estilo expresivo y vigoroso. La serie de animales tocando instrumentos musicales se inspira en las ilustraciones humorísticas del scriptorium de Canterbury.
Será en la catedral de Ely donde la escultura monumental aplicada a las portadas alcance sus primeras formas bien definidas, sobre todo en la concepción del tímpano historiado. La llamada "puerta del prior", construida hacia 1140, muestra en los elementos de soporte, jambas y columnas, una enmarañada red de elementos vegetales y zoomórficos realizada con un relieve plano y muy gráfico, que nos recuerda las laberínticas y complejas composiciones de la ornamentación de la tradicional plástica anglosajona. En el tímpano, aparece Cristo en majestad transportado por ángeles, esculpido con las características formas estilizadas de algunas de las más famosas miniaturas inglesas. El tímpano venía siendo empleado en la arquitectura insular desde fines de la centuria anterior. Sin embargo, su ornamentación se limitaba a temas no historiados. Ahora se piensa en este marco arquitectónico para servir de soporte a un complejo programa iconográfico tal como se utilizaba en el continente desde hacía más de sesenta años.
La catedral de Chichester conserva un par de relieves cuya interpretación estilística ha provocado multitud de discusiones dispares. La opinión más generalizada se corresponde con la cronología propuesta por Zarnecki, segundo cuarto del XII. Se representa la llegada a Betania de Cristo y la resurrección de Lázaro. Ambos relieves formaban parte de un muro de cierre de un presbiterio. Realizados en un estilo expresivo y vigoroso nos muestran su caracterización anatómica con unos rasgos profundamente marcados, lo que contribuye a dotar a las figuras de un aspecto dramático, casi patético. Ciertos especialistas han querido ver en esta obra un arte casi prerrománico, aunque su aspecto antiguo se debe más a una factura torpe de un estilo arcaizante.
En el último tercio del XII las creaciones tardorrománicas acusan la influencia de las primeras manifestaciones del gótico francés. La portada occidental de San Andrés de Rochester y el hermoso rosetón radial de Barfreston (Kent) muestran una iconografía y un estilo plástico que ilustra este movimiento renovador. Los dos grupos de apóstoles del pórtico de la abacial de Malmesbury (Wiltshire) han sido esculpidos con un sentido de la caracterización individualizadora, ofreciéndonos variedad de actitudes. Sus rostros, dotados de una cierta humanidad, se alejan del hieratismo convencional románico.